Las islas del Caribe albergan innumerables especies endémicas, así como una miríada de ecosistemas. Entre los ecosistemas cada vez más amenazados se incluyen manglares, arrecifes coralinos, lechos de algas marinas, humedales, llanuras fangosas, lagunas, estuarios, formaciones xéricas, matorrales de cactus, bosques de pino y bosques húmedos subtropicales, húmedos y secos.
La mayor parte de las áreas protegidas del Caribe se establecieron durante la década de 1950 en respuesta a una preocupación creciente sobre la protección de las cuencas. A esto siguió, en la década de 1980, una segunda ola de declaraciones de áreas protegidas que buscaban proteger la biodiversidad singular de la región. Dadas las limitaciones de espacio de las islas y la creciente población humana en toda la región, la integración de la conservación en la vida económica, social y cultural de la población es vital.
Las áreas protegidas son sumamente importantes en la industria turística del Caribe, con más de US$80 millones recolectados de visitantes a los parques nacionales. Sin embargo, el turismo también puede plantear una amenaza significativa a causa del sobreuso de los recursos del parque y el desarrollo inadecuado. Los pueblos del Caribe tienen un interés particular en la conservación de sus áreas protegidas mediante el monitoreo y la regulación del turismo para proteger la belleza y la biodiversidad de estas islas.
Organizaciones Socias del Caribe
The Nature Conservancy en el Caribe
Foto: Rio Limon, Republica Dominica © Connie Gelb/TNC |