
Los estuarios, las bahías y otros ecosistemas costeros proveen muchos servicios ecológicos y económicos vitales, incluidos la protección de la costa, pesquerías productivas comerciales y deportivas y ciclaje de nutrientes. Ecosistemas ribereños clave tales como los lechos de pastos marinos, los pantanos y los estuarios de manglares son particularmente valiosos por su productividad extremadamente alta, que mantiene una gran abundancia y diversidad de peces y de langostinos, ostras, cangrejos y otros invertebrados. La conservación marina ha sido siempre un componente del programa Parques en Peligro (PeP). Actualmente, dos de los 12 sitios activos de PeP, Granadinas y Amistad-Bocas del Toro, incluyen componentes de conservación marina. PeP también apoyó el desarrollo de un portafolio regional de prioridades de conservación para el gran Caribe, zonas de veda para pesquerías en torno al Parque Del Este en la República Dominicana y el fortalecimiento del manejo de áreas protegidas en el Mar de Cortez. En el Mar de Cortez y en Baja California, PeP trabajo en zonas de veda, planificación turística, estrategias de financiamiento y reservas privadas. Foto: Área costera de La Amistad/Bocas del Toro, Costa Rica y Panamá © Nicole Balloffet
La conservación en ambientes marinos, como campo de trabajo, se ha retrazado respecto de los esfuerzos de conservación en ambientes terrestres, creando una gran oportunidad para el avance del campo mediante el intercambio de mejores prácticas entre los profesionales. La mayor parte del trabajo marino de PeP se realizó en Mesoamérica y el Caribe, donde es necesario un método coherente y estratégico para incrementar el aprendizaje sobre las prácticas de conservación costera y marina. Un componente crítico de esta estrategia es el reconocimiento de que la región de Mesoamérica y el Caribe se caracteriza por un alto grado de conectividad con respecto a la biodiversidad marina, así como a las experiencias culturales y políticas. La biodiversidad marina en la región muestra poco de los modelos endémicos de pequeña escala encontrados en los sistemas isleños terrestres. En cambio, las larvas de las especies marinas de los criaderos de toda la región se dispersan a lo largo de grandes distancias como resultado de la fuerte y predecible corriente del Caribe, de manera tal que la biodiversidad marina en un rincón del Caribe puede depender muy profundamente de las pesquerías en otras partes. Muchas especies marinas grandes de la región, tales como aves marinas, tortugas marinas, tiburones y ballenas, también han desarrollado estrategias de vida altamente migratorias utilizando rangos geográficos amplios durante sus ciclos de vida. Los estudios de marcado incluso han mostrado que los meros y otros grandes peces depredadores frecuentemente migran cientos de kilómetros cruzando fronteras políticas de manera regular. Por lo tanto, a efectos de la conservación marina, es esencial tomar en cuenta la cuenca completa del Gran Caribe como una unidad sumamente dependiente de los 35 países que comparten sus aguas.
Estos vínculos también se extienden al área cultural y política, con muchos países separados por miles de kilómetros compartiendo experiencias institucionales, económicas y culturales similares. La migración de las personas causada por desigualdades sociales y económicas que ha existido por varios cientos de años sigue existiendo y continúa creando fuertes vínculos en la región. La Comunidad del Caribe (CARICOM), el Mercado Común Centroamericano y otras redes políticas similares tales como la Subcomisión para el Caribe y Regiones Adyacentes de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (IOCARIBE) se desarrollaron en reconocimiento de esta conectividad y de la necesidad de trabajar conjuntamente a través de fronteras políticas
Por lo tanto, a fin de manejar mejor los sitios de PeP y diseminar los éxitos en la conservación en el ámbito marino, es necesario un esfuerzo a nivel del sistema para incorporar estrategias de protección de la biodiversidad marina en las prácticas de conservación. El aumento en el aprendizaje y el desarrollo de nuevas alianzas entre directores de PeP y socios con un interés en las estrategias de conservación marina crearán la base para el aprendizaje y la mejora de la conservación marina que continuará en los años futuros. |